
Me encanta el café. Cada día, es menester que tome un café al despertarme porque me pone de mejor humor y antes de esta tasa de café, no es buena idea tratar de hablar conmigo. En Costa Rica, bebía mucho café muy rico y había supuesto que en Chile el café también sería bueno. Me equivoqué. Me dio cuenta muy rápido del hecho que el café de calidad es escaso en Chile y que los chilenos solo toman Nescafé. No me gusta este café instantáneo, pero he tenido que acostumbrarme porque es el único café que hay en mi casa de acogida. Nescafé tiene un monopolio en el mercado del café en el país. Según un informe de EuroMonitor Internacional, Nescafé controla 76% del mercado. El hecho de la escasez del café verdadero (no instantáneo, sino de grano) en Chile sigue siendo un misterio para mi, y en ninguna de mis varias investigaciones he logrado encontrar la respuesta.
El hecho es que si te vas a un café en
Santiago y pides un café con lecho o un cappuccino, lo más probable es que el
mesero te traiga o Nescafé o algo parecido a agua con barro. Hace un mes, pedí
un café con leche en un restaurante, pensando que sería café bueno porque me
salió $2.000 pesos, pero el mesero me trajo una tasa de leche caliente con un
paquete de Nescafé al lado. De hecho, algo bueno que ha resultado es que en el
momento ya no estoy adicta al café.