El concepto del tiempo es muy diferente en
Chile que en los Estados Unidos. En los EEUU, el tiempo es algo concreto,
inflexible y hay un dicho norteamericano que “el tiempo es dinero.” Es una
cultura donde hay mucha prisa y la gente se apresura siempre. No obstante, en
Chile, como en muchos países latinoamericanos, el tiempo es maleable y dúctil.
La compresión del tiempo es más abstracta y relajada. Por ejemplo, he observado
que en muchas de mis clases, es normal que los estudiantes o incluso el
profesor lleguen algunos minutos después del inicio de la clase. O, si alguien
te invita a un carrete que empieza a las 22:00, está bien llegar a medianoche o
después. (Y además, los carretes acá están en su máximo acerca de las dos de la
mañana, cuando en los EEUU todos ya se van a dormir, y no terminan hasta las
cinco de la mañana.)
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“La persistencia de la memoria” de Salvador
Dalí
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Cómo aprendí en una clase en Costa Rica en la
Universidad Latina, este tema de diferencias culturales con respecto a la
flexibilidad del tiempo está vinculado con una teoría de “bloques de tiempo.”
La duración de cada bloque de tiempo depende de la cultura y la sociedad. En
los EEUU, un bloque de tiempo es igual a cinco minutos. Pero, en América
Latina, es igual a un promedio de treinta minutos. Por lo general, llegar un
bloque tarde a una cita es aceptable, y llegar tres bloques tardes ya no lo es.
Eso puede explicar choques culturales porque, por ejemplo, si un chileno llega
a una reunión con un estadounidense 20 minutos tarde, es completamente normal
para en chileno (cabe en el primer bloque de tiempo en Chile), pero el
estadounidense lo considera una falta de respecto (porque es mas de tres
bloques de EEUU tarde). La puntualidad, entonces, es una diferencia cultural.
Pero también es interesante que ciertas reuniones sociales en Chile (cómo las
obligaciones del trabajo o las clases) el concepto de puntualidad es mas
estricto que en otros (cómo en carretes o reuniones entre amigos).
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