Saturday, November 16, 2013

Entrega final: EL TIEMPO





Ya he escrito una entrada sobre la conceptualización del tiempo en Chile y cómo eso difiere en los Estados Unidos; pero en esta entrega final querría analizar eso más porque ha sido una diferencia que se ha destacada mucho en mi tiempo viviendo acá. Además, pienso que representa una diferencia crucial entre los estadounidenses y los chilenos con respeto a las actitudes hacía los horarios diarios, el trabajo, el descanso, y la salud psicológica. Como ya escribí, en los EEUU, el tiempo es algo tangible, inflexible y concreto. En contraste, en Chile, como en los países latinoamericanos en general, el tiempo es relativo, maleable y dúctil – es más una referencia que algo cierto. Esas diferencias en la conceptualización del tiempo se manifiestan en la vida diaria. En los EEUU, siempre hay prisa y nunca hay suficiente tiempo pero en Chile no es así sino mucho más relajado y flexible. En lo que sigue, analizaré cómo esas diferencias en la percepción del tiempo afectan los horarios, la salud psicológica, y el trabajo.

Se puede ver claramente las diferencias cognitivas en ese tema por los proverbios que hay en las dos culturas. En los EEUU, se dice que el “tiempo es dinero.” Este dicho expresa un sentimiento de urgencia porque quiere decir que el tiempo es, como he indicado, una cosa, algo absoluto, y que es limitado y no infinito. Se debe usar el tiempo de manera productiva, para producir ganancias, y no se debe “gastar el tiempo,” en algo innecesario o que no produzca un beneficio porque como es limitado, es también precioso. Los EEUU es una sociedad monocrónica porque percibe el tiempo como una secuencia organizada en una línea recta.
En contraste, mi mamá de acogida chilena me ha dicho que “quien vive apurado, apurado muere.” Eso representa una actitud hacía el tiempo que es completamente diferente. Este dicho tiene como moraleja o como lección que no se puede apurarse en la vida porque no se la va a disfrutar. Hay que disfrutar del el tiempo que tenemos para vivir, y no se puede dar eso por hecho. El tiempo es abundante. Chile es una sociedad polycrónica porque el tiempo es más cíclico con énfasis en lo que se puede hacer de un día al otro y hay un enfoque en los vínculos emocionales con otras personas.

Se puede ver esas diferencias de percepción en los horarios de los chilenos comparados con los horarios de los estadounidenses. Por ejemplo, en cuanto a la puntualidad, los estadounidenses son mucho más estrictos para el estándar de lo que significa estar “a tiempo.” Usualmente, cinco a diez minutos de atraso en los EEUU es aceptable, pero con 15 minutos o más, es molesto y la norma es que hay que  perdonarse o dar una razón. La puntualidad es considerada un buen atributo en una persona, y si alguien sea crónicamente impuntual, es una falta de respeto por lo indicado en el dicho estadounidense. El tiempo es un recurso limitado y llegar tarde es causar a alguien la pérdida de éste.
En Chile, llegar 20 minutos tarde a una reunión social es completamente normal porque el tiempo es fluido y sirve más como referencia que cosa concreta. Vale señalar que en Chile si es importante la puntualidad en ciertas instancias como las reuniones profesionales. Pero en las demás ocasiones, según los estándares norteamericanos, los chilenos siempre llegan “tarde.” He tenido que calcular a que tiempo llegar a un carrete para llegar al mismo tiempo que los otros. En los EEUU, usualmente llego a mis clases 15 o 10 minutos antes para llegar tranquila, escoger un buen asiento con los amigos, y prepararme para la clase. En Chile, esa costumbre mía ha cambiado. Ahora empiezo a caminar a la sala de clases dos minutos antes de que empiece, y todavía llego una de las primeras. Lo de la puntualidad es vinculado con la teoría de “bloques de tiempo,” una teoría sobre la cual he escrito una de mis previas entradas.
Como el tiempo es relativo y flexible, los proyectos en grupo en mis ramos han sido un horror para mi porque me gusta hacer el trabajo con anticipación y soy el opuesto de una prosponedora. Mis compañeros chilenos, del otro mano, se burlan de mi y piensan que soy una loca demasiado motivada porque ellos siempre hacen los proyectos la noche antes, unas horas antes de la hora de entrega.
Otro ejemplo es de algo que me ha parecido muy extraño en Chile de los buses: no tienen horario. Llegan cada 10, 15, o 20 minutos más o menos dependiendo del día de la semana, el trafico, y la hora, pero no hay ningún horario fijo como he visto en otros países.

Además de cómo la puntualidad afecta los horarios diarios, la percepciones distintas del tiempo también influyen el ritmo de la vida en los EEUU y en Chile. En los EEUU la importancia del tiempo causa mucho stress.  En la universidad en los EEUU, mi horario es lleno. Cada semestre tomo cinco clases, estudio mucho para sacar buenas notas, hago una práctica 15 horas por semana para ganar experiencia para poder encontrar pega al graduarme, y participo en las actividades de mi fraternidad y de las otras organizaciones universitarias de las cuales soy miembro. Se vive una vida apurada en la cual hay muchas actividades que se hace sin parar y aún no hay tiempo suficiente. El descanso y el tiempo libre es para los débiles o tal vez los perezosos. Las personas exitosas siempre están haciendo algo para lograr sus metas. Me siento feliz cuando tengo muchas cosas que hacer, aún si estoy estresada. Prefiero eso que aburrirme porque eso me da ansiedad porque en mi mentalidad, tengo esa actitud del tiempo como recurso limitado.
En Chile, los estudiantes no son así. El ritmo de la vida es más relajado y más despacio porque la percepción del tiempo es que es algo abundante. Los alumnos asisten a clases, pero muchas veces también faltan clases, y también estudian mucho y valorizan su educación. Pero no están corriendo de una cosa a la otra, sino que toman su tiempo yendo a clase para saludar y charlar con sus amigos, tomar un café, o sentarse entre amigos en el pasto para disfrutar del buen tiempo o ver un partido de futbol. Caminan más despacio. Me parece una vida mucha más relajada y tranquila.

Las diferencias en el factor temporal también se manifiestan en el trabajo. Los chilenos trabajan mucho. Pero cuando salen del trabajo, ya no es tiempo de trabajar y valorizan el tiempo para si mismo o para la familia como algo de igual importancia para la salud mental y la productividad. Hay que descansar para poder trabajar de nuevo. Mis papás chilenos trabajan horarios largos, pero al llegar a la casa descansan y los fines de semana disfrutan de dormir más y almorzar cada sábado con sus hijos y nietos (y un almuerzo es un suceso que dura la mayoría del día). En Chile hay una separación clara entre el trabajo y el descanso o la vida personal.
En cambio, en los EEUU, el estereotipo es que las personas son “workaholics” o adictas al trabajo. El trabajo invade la vida personal. Las personas llegan a la casa para trabajar más o responder a correos. Son tan preocupadas que no toman la hora del almuerzo sino que es bastante común comer en su escritorio mientras que se sigue trabajando. El tiempo para almorzar usualmente dura entre media hora y una hora. En Chile, es por lo menos una hora, y todos van a almorzar porque es parte importante del día para dejar de trabajar un rato, descansar, compartir con sus compañeros de trabajo, y alimentarse. El día de mi ingreso a Deloitte acá en Santiago para mi practica, llegué a las 14:00, y casi no hubo nadie porque todos todavía estaban almorzando. La secretaria me dijo que el almuerzo usualmente va de las 13:00 a las 15:00.
Del mismo modo, en el colegio en los EEUU, tenía cada día media hora para la colación. Pero cuando vivía en Francia (y parece que es una situación similar en Chile), los estudiantes tenían dos horas para ir a sus casas para almorzar si vivían cerca de la escuela, o se quedaban en la escuela para comer en la cafetería y después divertirse en un recreo.

En conclusión, los chilenos y los estadounidenses tienen una perspectiva del tiempo opuesta. Chile es una sociedad polycrónica y los EEUU una sociedad monocrónica. Eso influye la vida diaria y ha sido una de las cosas que me ha más llamada la atención en ese país y que ha sido un gran choque cultural para mi. Por eso escogí ese tema para mi entrega final del blog. Analizando la perspectiva del tiempo como algo relativo y flexible en Chile (lo cual en mis primeras semanas en Santiago me frustró mucho) y comparando con los EEUU me ha dado también una nueva perspectiva sobre mi vida y mi horario en los EEUU. Me he fijado que a veces me sobrepaso, y que tengo que tomar el tiempo para disfrutar de cosas como una cena de tres horas en un restaurante entre amigas. No me quiero morir apurada.

Wednesday, October 16, 2013

La realidad del café en Chile



 
Me encanta el café. Cada día, es menester que tome un café al despertarme porque me pone de mejor humor y antes de esta tasa de café, no es buena idea tratar de hablar conmigo. En Costa Rica, bebía mucho café muy rico y había supuesto que en Chile el café también sería bueno. Me equivoqué. Me dio cuenta muy rápido del hecho que el café de calidad es escaso en Chile y que los chilenos solo toman Nescafé. No me gusta este café instantáneo, pero he tenido que acostumbrarme porque es el único café que hay en mi casa de acogida. Nescafé tiene un monopolio en el mercado del café en el país. Según un informe de EuroMonitor Internacional, Nescafé controla 76% del mercado. El hecho de la escasez del café verdadero (no instantáneo, sino de grano) en Chile sigue siendo un misterio para mi, y en ninguna de mis varias investigaciones he logrado encontrar la respuesta.
El hecho es que si te vas a un café en Santiago y pides un café con lecho o un cappuccino, lo más probable es que el mesero te traiga o Nescafé o algo parecido a agua con barro. Hace un mes, pedí un café con leche en un restaurante, pensando que sería café bueno porque me salió $2.000 pesos, pero el mesero me trajo una tasa de leche caliente con un paquete de Nescafé al lado. De hecho, algo bueno que ha resultado es que en el momento ya no estoy adicta al café.  

El partido de fútbol


Foto por Rachel Patton
Foto por Rachel Patton
Ayer, fui al partido de fútbol en el cual Chile jugó contra Ecuador en el Estadio Nacional. Fui con Rachel, Abigail, Anna, Patricio, y Nejla y todos nos vestimos en rojo y nos dibujaron pequeñas banderas chilenas en las mejillas. Era mi primera vez asistiendo a un partido de fútbol profesional en vivo porque no me interesan mucho los deportes y no sé nada del fútbol, pero me divertí mucho y había querido ir para experimentar algo nuevo, una experiencia cultural.
El fútbol en América Latina, incluso Chile, por supuesto, es un fenómeno increíble. Es el deporte el más importante y todos son fanáticos. No hay un deporte tan importante para toda la gente en los EEUU como es el fútbol en los países de América Latina. El beisbol y el fútbol americano son muy importantes y tienen muchos fanáticos, pero la gran diferencia es que son fanáticos para los equipos de sus estados como no hay equipo nacional en esos deportes, entonces no se ve tanto el orgullo nacional como lo vi en el partido de Chile anoche.
Foto por Rachel Patton
Todos estaban gritando y cantando y yo igual aprendí algunas canciones y participé en el canto de “CHI – CHI – CHI – LE –LE –LE – ¡VIVA CHILE!” Cuando Chile ganó, todos celebraban, hubo fuegos artificiales y ocurrió una locura en la calle. Todos se fueron corriendo en la dirección de Plaza Italia para celebrar, gritando y cantando en el camino mientras los autos tocaban sus cláxones. Hubo muchísimo ruido pero el ámbito era muy simpático, de mucho orgullo y felicidad, entonces me gustó mucho. Había pensado que el partido sería más pendenciero o agitado, pero todo era relativamente tranquilo, quizás porque no se permite vender cerveza en el Estadio.

Ser políticamente correcto o incorrecto


En los Estados Unidos y especialmente en  lugares que suelen ser más liberales en la  ideología política como Washington, DC, dónde asisto a la universidad y Massachusetts, dónde he vivido la mayoría de mi vida, toda la gente es muy políticamente correcta y hay mucho respeto para la diversidad. Pienso que eso es porque los EEUU es un país que literalmente ha sido creado por inmigrantes, entonces sus ciudadanos vienen de muchos países, culturas, etnias e religiones distintas y es mejor ser políticamente correcto para no ofender a nadie. Pienso que este respeto para las diferencias que existen entre las personas es una cosa buena. Un ejemplo del alcance de ser políticamente correcto en la vida diaria es que en lugar de decir “Feliz Navidad” en diciembre, se dice “Felices Días Festivos” porque algunas personas son judías o de otras religiones. Pero a veces la gente en EEUU es demasiado políticamente correcta por tener miedo de ofender y eso puede ser contraproducente. 


embassyofchile.es
En contraste, la gente en Chile es mucho menos políticamente correcta. Es políticamente incorrecta, desde un punto de vista estadounidense. Por ejemplo, si hay alguien que tenga piel más moreno, la gente le dice “negrito” o “negrita” y eso no es considerado ni ofensivo ni racista. También se llama a alguien que tenga exceso de peso “gordito” o “gordita” y la persona por lo general no se ofenda. Eso es inimaginable en los EEUU. Otro ejemplo es que se llama a todos las personas de Asia “chinos.” De lo que hemos visto en clase, parte de la razón por eso es que hay menos diversidad en la sociedad chilena. La sociedad chilena es homogénea, en la cual la mayoría de la gente es mestiza y católica entonces no se entiende las personas que sean diferentes porque no son tan comunes. Del otro mano, también existe la razón que los chilenos son mucho más directos que los norteamericanos.

Sunday, October 13, 2013

Los carabineros


Los carabineros en Chile son un fenómeno muy interesante. Es algo que no he visto antes y yo les describiría como una mezcla de la policía y los militares porque son una fuerza de policía militarizada. El presidente Carlos Ibañez del Campo creyó la institución de los carabineros en 1927.
radio.uchile.cl
Es interesante porque se visten en verde oliva entonces parecen más a militares y ocupan uniformes que parecen muy oficiales e importantes y además tienen armas. Pero, no son pistolas pequeñas como tienen los policías en los Estados Unidos sino armas más grandes cómo (de lo que me parece) de guerra. También tienen rangos militares. Hay oficiales, coroneles, tenientes, mayores, capitanes, etc.. Además, se saludan y en nuestra clase de Memoria Histórica y Derechos Humanos en el S. XX en Chile, los hemos considerado como parte de las fuerzas armadas de Chile porque tuvieron grande importancia histórica con respecto al golpe de estado y el régimen militar. Pienso que esa es la razón también por la diferencia en actitudes hacía las fuerzas de policía entre los EEUU y Chile.
En EEUU, el imagen clásico de un policía es un hombre un poco gordito comiendo una dona y bebiendo café. Se considera por lo general a los policías como simpáticos y personas en las cuales se puede confiar. Pero en Chile, me parece que hay una actitud muy diferente hacía los carabineros, una de desconfianza y quizás de miedo en algunos instantes. Pienso que pudiera ser por los hechos históricos pero también por los uniformes más avasalladores.

La Vida Universitaria


Hay una diferencia enorme entre la experiencia de los jóvenes en las universidades en Chile y las en los Estados Unidos. En los EEUU, a los dieciocho y al graduarse del colegio hay un cambio profundo en el estilo de vida. Ir a la universidad señala el próximo paso importantísimo en hacerse adulto y es un paso hacia mayor independencia, libertad y responsabilidad. Eso es porque en los EEUU, por lo general, los alumnos viven en un dormitorio en el campus de su universidad con sus compañeros de clase. Son rodeados de gente de su edad todo el tiempo, y no interactúan con muchos adultos, salvo sus profesores. Las universidades en los EEUU, como se ve en la películas americanas y programas de televisión, son notorias por los carretes de los estudiantes en los dormitorios. Hay más libertad en eso, pero también hay muchas responsabilidades nuevas: hay que lavar su propia ropa, cocinar para si mismo, ser autodependiente. Vivir con sus papás hasta los treinta años en los EEUU es muy mal visto y la gente se pregunta si la persona es inmadura, rara, irresponsable, o atrasada.
theclinic.cl
Pero en Chile, el escenario se ve muy diferente. Es común vivir con los parientes hasta los treinta o hasta casarse y no es mal visto. Cuando uno entre a la universidad, no se va de la casa, sino se queda en la misma casa y asiste a una universidad cercana, en la misma cuidad. O, si no hay universidades cercanas o adecuadas en la misma cuidad, la gente se quede en la casa de un familiar para asistir a otra universidad. Por ejemplo, tengo algunas amigas en mi clase de voleibol del sur de Chile, pero viven con tíos en Santiago para poder asistir a la Católica. Pasan la mayoría de su día en el campus de la universidad, estudiando, asistiendo a clases, o reuniéndose con amigos (a veces hay carretes en los campuses), pero en la noche regresan a sus casas y a sus familias.
Pienso que esa diferencia grande entre los dos países refleja dos ideales o valores distintos de cada cultura. En los EEUU, se valoriza mucho la independencia pero en Chile, lo mas importante es la familia. 


Saturday, September 7, 2013

Educación pública, gratuita y de calidad


cubadebate.cu

 El 5 de septiembre hubo manifestaciones en el centro de Santiago organizadas por estudiantes universitarios de FECH (Federación de los Estudiantes de Chile) exigiendo una educación “pública, gratuita y de calidad.” Esas huelgas ya han ocurrido por varios años y se quejan de un sistema de educación injusto y aún más costoso bajo una estructura económica neoliberal. Entonces, se puede decir que están pidiendo más provisiones sociales del gobierno en cuanto a la educación porque quieren que el estado se encargue de proveer la educación y asegurarse de que todos tengan acceso. Pero es un tema muy complicado y difícil de cambiar. Es un asunto político en el país que me interesa mucho y demuestra una generación tratando cambiar el sistema. Esta situación también sirve como contraste a los Estados Unidos porque en general, las huelgas son mucho más comunes en Chile y también las universidades en los EEUU son mucho más caras, pero este sistema ha sido aceptado y aunque nadie le gusta, nadie tampoco va a la calle para protestarlo y cambiarlo.
lmneuquen.com.ar